miércoles, 2 de junio de 2010

Convertirse en bruja

Ya estaba cansada de que el típico “chulo” de la clase se creyera el mejor y nos pusiera a los demás en ridículo delante de todos ,ya no sabia que hacer ,tenia que tomar medidas pero ¿como?
Lo intente de muchas maneras pero ninguna eficaz. Una noche estaba en cama pensando en que podía hacer para darle una lección. Cuando me empezaron a sonar las tripas, como cuando tienes hambre, pero no tenia nada de apetito. No le di más importancia, pero al cabo de un rato un cosquilleo me recorrió todo el cuerpo y noté como la nariz me crecía un poco y la ropa se me transformaba en un largo y oscuro vestido. Al lado de la cama apareció una escoba con unos curiosos botones y un pequeño asiento, luego me mire al espejo y vi a una especie de bruja, pero no de esas que salen en los libros, no, era mas joven y la ropa era oscura pero bonita y me sentaba muy bien. Estaba un poco asustada, yo nunca creí en las brujas y mucho menos en que me pudiera transformar en una de ellas.
Me tome un tiempo de reflexión y luego se me ocurrió probar aquella escoba tan modernizada, probé a sentarme, pero me caí al suelo, le di a los botones pero nada, no funcionaba. Luego lo intente cerca de la ventana y como por arte de magia salí volando por toda la ciudad .Cuando ya tenia mas controlado eso de volar decidí ir a casa de ese niño del que os hable. Bueno fui a su casa y allí me quede pensando como podía darle un pequeño susto para que nos tratara bien, finalmente decidí que le iba a hacer probar de su propia medicina.
Primero entré por su ventana, luego allí le di a un botón de la escoba que te permitía meterte en los sueños de los demás y allí, en su sueño, situé los hechos en el colegio, lo puse sentado al lado de un árbol, puse al resto de la clase a su alrededor y le di a “play”. Todos se reían de el y se burlaban de su ropa, peinado, cara… (Todas esas cosas de las que el se reía). El, sin saber que hacer, se fue corriendo al baño y allí se encerró, entonces me hice visible y le explique porque había tenido ese sueño y que si no le gustaba que le hicieran algo malo a el no se lo debía hacer a los demás, casi llorando me pidió perdón y me prometió que se disculparía con el resto al día siguiente. Yo muy orgullosa de lo que había conseguido, me fui rápidamente a casa antes de que se me acabara el hechizo, ya que solo duraba hasta media noche. Justo cuando llegue a casa sonaron las doce, lo había conseguido y me sentía muy bien aunque algo extrañada por lo acontecido. Mañana sería otro día y se disculparía con todos nosotros.