jueves, 28 de enero de 2010

DEL PARAISO AL INFIERNO

A veces las cosas pueden cambiar radicalmente de un día a otro, de una hora a otra, de un minuto a otro, incluso de un segundo a otro. Pueden pasar de estar en el paraíso a estar en el infierno como le ocurrió a esta familia.
Era una pareja que había luchado mucho por conseguir una casa y poder formar una familia. Los dos eran muy trabajadores y con mucho sacrificio lograron reunir el dinero necesario para adquirir una pequeña casa, luego tuvieron hijos y poco a poco fueron consiguiendo más riquezas por lo que pudieron comprarse otra casa más grande y con un precioso jardín.
Así, con su esfuerzo, lograron sacar adelante a sus hijos a los que siempre les decían que trabajando y esforzándose lograrían alcanzar sus metas.
Los padres eran muy felices viendo crecer a sus pequeños, que no tenían más de doce años, cuando un día, de repente, sintieron como temblaba el suelo aunque fueron tan solo unos segundos. Estaban un poco asustados aunque nadie le dio más importancia y les decían que eran unos exagerados, por lo que ellos tampoco se alarmaron.
Pasaron algunos meses cuando se volvió a sentir lo mismo pero esta vez no paraba y se hacía más y más fuerte. Los padres muy asustados cogieron a sus hijos y los intentaron proteger lo mejor que pudieron ya que todo se venía abajo, la casa se desplomó, las calles quedaron destrozadas, todo eran escombros, pero afortunadamente ellos estaban sanos y salvos excepto el hijo mayor que se había torcido un tobillo. Todo a su alrededor era un infierno, todo estaba destrozado, algunas personas heridas y mutiladas, otras atrapadas sin poder salir y un gran número de muertos por todas partes, los llantos de los niños eran ensordecedores.
Ante tanto horror, los padres no querían que sus hijos vieran toda esa desgracia. No sabían como ayudar a la gente ni como curar a su hijo, ya que no se distinguían ni las calles, ni los hospitales, todo estaba en ruinas. En lugar de huir y escapar de tanto dolor decidieron quedarse para ayudar a los necesitados. La falta de agua y alimentos les debilitaba pero siguieron luchado del lado de los más desfavorecidos hasta que un día, intentando rescatar a un bebé, el padre de la familia perdió su vida, la sacrificó para salvar a un pequeño huérfano al que acabaron llamando como su salvador y al que esta familia acogió y cuidó con todo su cariño. No volvieron a tener una hermosa casa cómoda y bonita como la que habían disfrutado antes del terremoto, no disponían de bienes ni riquezas, tenían que repartirse la poca comida que conseguían, pero les quedó lo más importante el cariño y el amor de una familia que siempre luchó unida. Con esto lograron sobrevivir en un infierno.

1 comentario:

  1. Un relato optimista a pesar de todo. Se puede sobrevivir en el infierno. El infierno, que, a veces, está en este mundo, aunque en el no haya fuego ni rojos demonios.
    Un saludo, Campanita.

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